Poder trabajar desde casa es un sueño común de muchos trabajadores por cuenta ajena, y que seguramente solo podrían conseguir convirtiéndose en autónomos o freelands.

Gestionar tus horarios y tareas, minimizar los desplazamientos…con las nuevas tecnologías no es necesario acudir donde se encuentre el cliente. Hay muchas ventajas, pero también obligaciones fiscales a cumplir.

Además, cuando la actividad se desarrolla en una vivienda alquilada por el autónomo, estas obligaciones se extienden también al arrendador.

Cuando el alquiler de una vivienda es para vivir, no está sujeta a IVA ni a retención para el propietario y podrá tener una exención en el rendimiento neto del 60%. Por el contrario, si su uso va a ser profesional, esta exención puede desaparecer y deberá declarar los rendimientos obtenidos como rendimiento del capital inmobiliario.

Lo mismo ocurrirá con el IVA. El propietario debe exigirlo en el pago de cada mensualidad y declararlo a través del modelo 303.

Por ello, es sumamente importe indicar en el contrato que uso va a darse a la vivienda, si para vivienda habitual o actividad profesional, pudiendo indicarse también las dos opciones conjuntamente.

En este caso, habrá que delimitar claramente los espacios dentro del hogar. Es decir, indicar exactamente qué zonas de la vivienda se destinarán a la actividad profesional y cuáles serán para uso personal.

Con esta medida, el inquilino se podrá desgravar el porcentaje de los gastos que estén relacionados con el trabajo en el IRPF de todos los gastos que conlleve el alquiler de dicha vivienda ( facturas de suministros, mensualidad, comunidad de vecinos…) . También presentará el modelo 115 de Retenciones de IRPF.

En cuanto al IVA, también se podrá reducir del alquiler la parte proporcional de la vivienda destinada al trabajo. Sin embargo, sólo podrá reducirse el IVA íntegro de aquellos suministros que están relacionados en su totalidad con la actividad profesional.

Como hemos visto, trabajar desde casa puede suponer una gran mejora en la calidad de vida y en las condiciones de trabajo de los profesionales que se decidan por esta opción, pero puede acarrear algunos inconvenientes económicos tanto para el arrendatario como para el inquilino.

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