Los impuestos han existido desde siempre, y dependiendo de la necesidad recaudatoria del
gobernante en ese momento, el hecho por el que podía grabarse podía abarcar todo el
marco de la vida cotidiana.
Muchos de ellos pueden considerarse estrafalarios y abusivos, y a día de hoy serían
impensables. La imaginación era entonces infinita y los ciudadanos abonaban sus cuotas
pacíficamente, o buscaban una forma ingeniosa de librarse de ellas.
Comenzamos nuestro recorrido por la historia tributaria con el Aex Uxorium, un tributo que
grababa la soltería. El impuesto era anual y suponía el 1% de la riqueza de Roma. Debían
abonarlo los varones y solo conseguían librarse de él al contraer nupcias. Si además la
mujer era viuda de un soldado, recibían una bonificación.
En el Reino Unido en el s.XVIII se creó el Impuesto del sombrero , en el que obviamente
debías pagar por el número de sombreros que poseías. Estaba principalmente dirigido a
recaudar a los más ricos, ya que la clase social baja tan solo podía permitirse uno o dos a lo
sumo.
En el mismo siglo, el impuesto que debían pagar por el ladrillo hizo que se empezase a
construir con madera o ladrillos más grandes, ya que se recaudaba según el número de
ladrillos necesitados para construir el edificio.
Unos siglos antes, el Rey Enrique VIII decidió que llevar barba era también causa de pago,
por lo que las gentes más pudientes demostraban su riqueza permitiéndose lucir una larga y
cuidada barba.
También en Inglaterra, el impuesto sobre las ventanas transformó las casas en lúgubres y
frías, ya que los habitantes comenzaron a tapiarlas para evitar abonar el impuesto.
Sin ir tan lejos en el tiempo, en Japón se propuso un impuesto a la belleza que tan solo los
varones debían abonar. Se pensó crear un comité de mujeres pagadas con dinero público
que fuesen la que decidieran entre las fotos de todos los ciudadanos quien debía abonarlo.
En Rumanía existe aún un impuesto elevado que deben abonar las “ adivinadoras y brujas “
del país, por realizar sus trabajos.
En Iowa, Pennsylvania y Nueva Jersey, en la actualidad las calabazas están exentas de
abonar su equivalente a nuestro IVA, si su uso es destinado a la alimentación, pero si son
para decorar en Halloween deben pagar.
Más curioso es aún el impuesto que se abona Tennessee y en Carolina del Norte por
vender sustancias ilegales.
Unos sellos en las drogas indican que están al corriente de sus obligaciones fiscales, pero
esto no les autoriza a poseerlas, ya que sigue siendo un delito tenerlas en su poder.
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