Termina el año, y para aquellos que mantienen en funcionamiento una empresa, es buena idea realizar un balance general del estado del negocio. Aunque el balance puede realizarse en cualquier fecha, generalmente se realiza en periodos anuales y la mayoría eligen el final del año para ello.

El balance recoge la información financiera de la empresa, los bienes y deudas que posee, y aunque es un documento que cambia constantemente ( los bienes o deudas de nuestra empresa pueden ser hoy unos y mañana cambiar si realizo cualquier tipo de operación ) nos ofrece datos muy valiosos sobre como se encuentra nuestro negocio y si es necesario realizar cambios para mejorar su situación.

Un balance está estructurado en dos partes: el activo y el pasivo. La diferencia entre ambos nos da como resultado el patrimonio neto que nuestra empresa posee.

1. Activo.

El activo son los bienes y derechos de los que la empresa dispone. Estos se clasifican en:

– Activos corrientes : aquellos que permanecerán en la empresa durante más de un año y no van a utilizarse para vender al cliente ( inmuebles, maquinaría..)

– Activos no corrientes: aquellos que están destinados a consumirse en la empresa o venderse en menos de un año. Se encontrarían en este grupo las existencias, por ejemplo.

Dentro de los activos también incluiremos todos aquellos elementos que tengamos previsto que nos van a producir un beneficio en el futuro.

2. Pasivos.

El pasivo está formado por las deudas y obligaciones que tiene mi empresa. Lo clasificamos en:

– Pasivo corriente: aquellas deudas que pueden solventarse en un corto periodo de

tiempo, como los pagos a proveedores.

– Pasivo no corriente: denominamos así a las deudas con vencimiento a largo plazo, como los préstamos financieros, por ejemplo, que hayamos solicitado para adquirir un local o nave.

Ahora con nuestros activos y pasivos bien definidos y concretados, obtendríamos el Patrimonio Neto de nuestra empresa. De esta manera, si observamos que los activos son superiores a los pasivos, es decir, si nuestros bienes y derechos son superiores a las deudas y obligaciones, tendremos un Patrimonio Neto positivo. Nuestra empresa va por buen camino.

Si por el contrario, nuestras deudas son más altas que nuestros bienes, tendremos un Patrimonio Neto negativo. La empresa estaría en riesgo y debemos actuar lo antes posible para equilibrar la situación.

Dado que nuestra situación financiera puede cambiar fácilmente, siempre es recomendable estudiar bien cada operación que se realice y acudir a un asesor experto que nos elabore un balance anual correctamente y aconseje sobre las mejores actuaciones en cada caso.