Paraísos fiscales
Cuando de evasión de impuestos se habla, es irremediable que aparezca el concepto de «paraíso fiscal», sobre todo cuando nos referimos a grandes empresas con ingresos de millones de euros al año.
Un paraíso fiscal no es más que un país, normalmente de pequeñas dimensiones, en donde las leyes tributarias son sumamente beneficiosas para sus contribuyentes no residentes, teniendo impuestos muy bajos o prácticamente nulos para las empresas con domicilio fiscal en ellos. Además, los bancos no suelen ni están obligados a compartir la información de los movimientos o saldos de sus clientes con el fisco, por lo que el «secreto» de las finanzas de las grandes empresas es aún mayor.
Si estás pensando en el beneficio que puede tener dicho país con esta conducta de «bajos impuestos», es muy sencillo. Con ello consiguen atraer las grandes fortunas a sus arcas, fortaleciendo así su economía.
Así pues, poseen un sistema financiero muy eficiente, desarrollado y con gran facilidad y libertad para operar con un sin fin de monedas de cambio.
Todo esto se convierte en un gran atractivo para llevar a cabo conductas delictivas y fraudulentas por las empresas, que además se ven arropadas por los propios países al existir impunidad legal frente a las leyes extranjeras.
Seguro habrás oido hablar de países como Mónaco, las Islas Caiman….como conocidos paraísos fiscales. Existe una lista, que se actualiza cada año, en donde aparecen los estados que, en el caso de la Unión Europea, no colaboran con los países miembros para conseguir una total transparencia fiscal.
La última actualización realizada en febrero del 2020, indica 12 nombres considerados como paraísos fiscales:
– American Samoa
– Anguilla
– Barbados
– Fiji
– Guam
– Palau
– Panamá
– Samoa
– Seychelles
– Trinidad y Tobago
– US Virgin Islands
– Vanuatu
Aunque la Unión Europea no reconoce dentro de sus fronteras a ningún paraíso fiscal, si existen países cuyas leyes tributarias son menos opresoras y suponen un gran atractivo para los inversores. Irlanda y Países Bajos se encuentran bajo la atenta mirada del resto de países miembros por poseer estas características.
En conclusión, intentar mantener una total transparencia en las operaciones financieras, dentro y fuera de cada país, se convierte en un duro y continuo trabajo de todos los integrantes de la Unión Europea para evitar la pérdida de recaudación y empobrecerse con la fuga de beneficios .
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